Los niños de 11 años no pueden ver el David de Miguel Ángel porque es porno. Esto está pasando ya en Estados Unidos. Para una escuela de Florida resulta que es una obra 'controvertida' y 'no apropiada' para los alumnos de 11 años. Al calificarla así, tienen que avisar a los padres con varios días de antelación de que se va a mostrar en clase. Y así ellos pueden decidir si quieren que sus hijos asistan ese día y se les enseñe o si prefieren que se queden en casa e ignoren el desnudo de más de 500 años expuesto en un museo.

En la escuela 'Tallahassee Classical' se olvidaron de avisar a los padres que en la clase de Arte iban a enseñar el David de Miguel Ángel, uno de los más puros ejemplos del Renacimiento. Y eso le ha costado el puesto a la directora, a Hope Carrasquilla. Tres padres se quejaron. Dos por no avisarles. Y otro porque en la clase se dijo que el desnudo del David era arte y no pornografía. Y por eso han obligado a la directora a renunciar.

Hasta aquí están llegando las consecuencias de la política de censura de Ron de Santis, el gobernador republicano de Florida con ganas de ser presidente de los Estados Unidos. Ha ordenado revisar libros de matemáticas porque aseguraba que se adoctrinaba con ellos, que se inculcaban ideas de izquierdas. Ha aligerado la carga de las clases dedicadas a revisar el pasado racista y esclavista de EEUU para no incidir tanto. Y suya es la llamada ley 'no digas gay'. El prohibir a los maestros hablar de identidad y orientación sexual hasta los 9 años.

Lo que está pasando en Florida es un ejemplo extremo del pin parental que Vox quiere imponer en la educación. Esa iniciativa que quiere entregar a los padres el poder para negarse a que a sus hijos se les enseñe lo que no cuadre con su visión del mundo. Es más, el pin parental ya funciona en España aunque un poco edulcorado: se lo arrancó la ultraderecha al presidente del PP en la Región de Murcia.

Allí, colegios e institutos tienen que avisar a los padres con siete días de antelación de las charlas o talleres que se vayan a impartir fuera del currículo escolar. Ya sea un acto de Greenpeace denunciando el cambio climático o de un colectivo gay contra la discriminación.