La okupación es un problema muy grave. Para el que ve cómo ocupan su vivienda es un drama. Pero el fenómeno de la okupación en España no tiene la dimensión que algunos intentan darle. Los datos desmontan las teorías alarmistas sobre la okupación. En 2022 en nuestro país había casi 26 millones de viviendas. Las denuncias por ocupación de viviendas fueron 16.700. Es decir, un 0,06%.

En los últimos años, las denuncias han aumentado, pero ese ascenso se ha frenado. En 2022 hubo un 3% menos que el año anterior. En 2023 los datos confirman el frenazo. En el primer trimestre hubo menos de 4.000 denuncias. En el mismo periodo del año anterior, casi 4.400 y en el anterior, 4.600.

El problema realmente grave que hay en este país con la vivienda no es la okupación, es el acceso a la vivienda. Casi la mitad de los inquilinos está en riesgo de pobreza según datos del Banco de España publicados esta semana.

Entre los hipotecados también hay problemas. El euríbor no hace más que subir sus mensualidades, y de media ya dedican un 38% de sus ingresos a pagar la hipoteca. Unos niveles que no se veían desde 2012 y que van a seguir subiendo.

En 2011 el 82% de los hogares tenían su vivienda en propiedad. Diez años después, un 73%. Casi diez puntos menos. La okupación es un problema grave, pero el gran problema que hay en España con la vivienda es lo difícil que resulta acceder a ella para millones de personas.