Europa ya salvó a Doñana en los años 60. A finales de los 50, Franco consideraba las marismas del Guadalquivir poco menos que un foco de paludismo. De hecho llegó a tener un plan sobre la mesa para disecarlo en busca de la rentabilidad económica. Pretendía eliminar el humedal y sustituirlo por una enorme plantación de pinos y eucaliptos para aprovechar su madera.

Ese hubiese sido el destino de Doñana de no ser por José Antonio Valverde. Uno de los primeros naturalistas modernos de nuestro país. Él llegó a Doñana a finales de los 50 con una misión: hacer cambiar a Franco de idea. Y encontró ayuda en Europa. Organizó expediciones a Doñana de los naturalistas más importantes del continente. En el año 1961, Valverde, el naturalista español se presentó en Doñana con 12 eminencias europeas en el mundo de la ornitología. Entonces, Doñana era solo un grupo de fincas particulares convertidas en coto de caza. Pero esta expedición tenía un sueño: cambiar el destino de esa tierra y convertirla una reserva natural. Doñana ya era mayor criadero de aves de Europa.

Lo primero que hicieron fue intentar convencer a Franco para que abandonase la idea de transformar las marismas en una industria maderera. Y de nuevo la ayuda llegó desde Europa. Valverde pidió al príncipe Bernardo de Holanda que escribiera al dictador. Y así lo hizo. Firmó una misiva que en realidad había redactado el propio Valverde. Lo más curioso fue que cuando recibió la carta, Franco decidió que era mejor que un experto diese la respuesta. Así que contactó con Valverde para que respondiese a la carta del príncipe de Holanda que en realidad había escrito Valverde. Durante meses, Valverde estuvo escribiendo y respondiendo cartas sobre Doñana con las firmas de otros.

Franco necesitaba ganar puntos en política internacional así que accedió. Solo faltaba el dinero. Y de nuevo la solución de Doñana llegó desde el corazón de Europa: Luc Hoffman, doctorado en zoología de la universidad de Basilea y primer presidente del Fondo Mundial para la Naturaleza, 'WWF'. Él creó esta organización que se fundó para recaudar los 33 millones de pesetas que hacían falta para comprar las 7.000 hectáreas que estaban en peligro. Porque había que comprar esas tierras a sus dueños.

El trabajo de los naturalistas, la presión de Países Bajos y el dinero de Suiza se alinearon para que en 1964 Franco crease la reserva biológica de Doñana. Europa salvó el parque y el hombre que más luchó por ello lo celebró en una foto que ha pasado a la historia. En ella, José Antonio Valverde a caballo en medio de una gran laguna en 1969. En su mano sujeta una botella de Tío Pepe con la que riega la laguna como símbolo de conquista. Pocos meses después el Consejo de Ministros aprobó la creación del Parque Nacional de Doñana. Declarado actualmente Reserva de la Biosfera y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.