El Gobierno ha puesto la mirada en aquellos trabajadores que arriesgan sus vidas diariamente con una propuesta que podría alterar el destino de miles. La construcción, el transporte y la agricultura encabezan la lista de sectores con alarmantes cifras de mortalidad. Un total de 131 de fallecidos en la construcción tan solo el último año habla por sí solo, evidenciando una realidad que no puede seguir ignorada.

No solo la muerte acecha a estos trabajadores, sino también los accidentes laborales que los dejan fuera de combate, con cifras que superan los 95.000 casos en la manufactura. Infartos, derrames, caídas y choques forman el grueso de estas tragedias, una lotería macabra de la que nadie quiere ser parte. Esta situación pone en perspectiva la urgencia de medidas de protección.

Actualmente, solo ocho colectivos disponen de una jubilación anticipada sin penalización en sus pensiones, como aviadores, bomberos y toreros. Sin embargo, esta lista podría expandirse para incluir a quienes día a día se juegan la vida en sectores no reconocidos oficialmente por su peligrosidad pero que, según las estadísticas, gritan lo contrario.

Aunque la ley actual permite a ciertos colectivos jubilarse antes, la realidad es que no todos se ven igualmente favorecidos. La diferencia radica en los años cotizados, una variable que puede significar años adicionales de trabajo para algunos. Con la nueva propuesta, el Gobierno busca nivelar el campo de juego, extendiendo estas ventajas a sectores como la construcción y el transporte, cuyos trabajadores enfrentan riesgos comparables.