Este lunes ha dado comienzo una cumbre que puede ser trascendental en la invasión de Rusia sobre Ucrania, un conflicto que ya se ha alargado durante más de un año. Xi Jinping ha viajado a Moscú con un plan de paz bajo el brazo, una propuesta que se compone de seis puntos claves.
El primero de ellos es un "alto el fuego de ambas partes" cuyo objetivo es que la situación no quede fuera de control. Una vez conseguido ese punto, se pasaría a "reanudar las conversaciones de paz", con el diálogo con Ucrania como "única solución" para solventar la crisis.
El tercer punto puede parrecer una obviedad, pero es importante resaltarlo ante las amenazas de Rusia: "No usar armas nucleares". El cuarto punto va vinculado a esta tercera 'pata', y es que no se den ataques contra centrales nucleares.
Las dos últimas son evitar las sanciones unilaterales, en alusión a Estados Unidos y a la Unión Europea, y proteger a los civiles y prisioneros de guerra. El secretario de Estado estadounidense, Anthony Blinken, ha reaccionado con escepticismo ante este plan, pidiendo al mundo que "no se deje engañar" ante posibles movimientos de Rusia para "congelar la guerra en sus propios términos".
Todo ha comenzado con un apretón de manos entre Xi Jinping y Vladímir Putin en Moscú, con ambos llamándose "querido amigo" mutuamente. Aunque la reunión estaba agendada hace dos meses según fuentes oficiales, el encuentro llega en un momento de fuerte tensión con Occidente.
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