Abortar con la píldora en Estados Unidos será aún más difícil. Una batalla legal iniciada por un juez ultraconservador designado por Donald Trump está complicando en la práctica el acceso de las mujeres a un medicamento imprescindible para interrumpir los embarazos voluntarios.
Más de la mitad de esos abortos se llevan a cabo con esta píldora cuyo acceso es cada día más complicado. La segunda cadena de farmacias más importante de Estados Unidos ya ha anunciado que ellos dejan de vender la píldora, la 'mifepristona', en los estados controlados por los republicanos. Y lo hacen para evitar posibles demandas.
La situación es tan límite que la gobernadora de Massachusetts ha anunciado que se abastecerá del máximo número posible de estas píldoras abortivas para que las mujeres puedan acceder a él. Y están empezando a surgir incluso iniciativas no autorizadas. Grupos feministas que han organizado redes clandestinas para poder hacer llegar la píldora abortiva allí donde sea necesario.
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El derecho al aborto está en peligro. La decisión final la tomará el Tribunal Supremo. Un órgano que cuenta con mayoría ultraconservadora tras los nombramientos de Donald Trump. Si vetan el acceso a la píldora abortiva, nadie podrá abortar por esta vía en todo el país.
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