Se vislumbra el renacimiento del sueño supersónico con el anuncio de un avión revolucionario llamado Overture. Este avión, en desarrollo por la empresa BOOM, está diseñado para alcanzar velocidades supersónicas y reducir los vuelos transoceánicos a la mitad siguiendo los pasos del antiguo Concorde.

Un viaje desde Londres o París a Nueva York o Montreal podría hacerse tan solo unas cuatro horas con velocidades que podrían superar los 2.100 kilómetros por hora. Sin embargo, existe una restricción importante: estos aviones solo podrán alcanzar esta velocidad mientras sobrevuelan el océano debido a su estruendoso ruido.

El desarrollo de Overture, con una inversión de 737 millones de euros, ha sido un esfuerzo conjunto de empresas de todo el mundo. Dos empresas españolas, ACITURRI y AERNNOVA, desempeñan un papel crucial en la fabricación del avión, encargándose de la cola y las alas, respectivamente.

Su desafío radica en adaptar componentes para resistir las demandas extremas de vuelo supersónico. Ambas empresas fueron contratadas recientemente, lo que marca un hito en el proyecto.

Overture ya ha asegurado contratos con tres compañías aéreas, dos estadounidenses y una japonesa, para la entrega de 130 aviones, cada uno con capacidad para 60-80 pasajeros. Sin embargo, se espera que los vuelos no sean económicos.

El desafío clave en aviones de esta categoría sigue siendo el motor y el combustible. Overture necesita un motor potente y consume gran cantidad de combustible, que es notoriamente contaminante a estas velocidades. La empresa BOOM afirma haber resuelto este problema al desarrollar un combustible más limpio, allanando el camino para el regreso de los viajes supersónicos.

Con el ambicioso objetivo de obtener los permisos de vuelo en 2029, Overture representa el regreso de la era supersónica con un toque de lujo y comodidad. Este avión, resultado de una colaboración global, tiene el potencial de cambiar la forma en que viajamos a través de los océanos, acortando distancias y haciendo que los cielos vuelvan a resonar con la emoción de la velocidad supersónica.