Un equipo de científicos del Instituto de Biomedicina de Guangzhou (China), entre los que se encuentra el español Miguel Ángel Esteban, ha logrado crear un riñón humanizado dentro de un embrión de cerdo de 28 días. Una noticia que ha hecho temblar al mundo científico. Este es el primer órgano humano dentro de un animal. Y para lograrlo, han utilizado células madre que podrían hacer posible la creación de granjas de cerdos para crear órganos humanos. Toda un revolución científica, que ofrecería una solución para todas las personas en listas de espera para trasplantes. En España, según los últimos datos, hay 4.746 personas, 66 de ellos son niños. Y de estos, 4.004 esperaban un trasplante de riñón.

Este hito, abre la puerta a la esperanza de miles de personas, pero también abre el debate ético sobre estas prácticas. ¿Cuáles son los limites de la ciencia? Para responder a esta preguntas, es necesario irnos al origen. Hay que situarse en sur de China. En un laboratorio, unos científicos reprograman unas células humanas con un objetivo: incorporarlas en un embrión de cerdo, que ya ha sido modificado previamente para que no rechace las células humanas. Una vez que ese embrión ya puede desarrollar un riñón humanizado, se incorporan a unas cerdas, que funcionarían como un vientre de alquiler. Y se deja que empiecen a gestar esos embriones que tienen esos riñones humanos.

¿Ha nacido este embrión? No, no ha nacido. Se interrumpió la gestación a los 28 días. Lo que se hizo fue extraer esos embriones, que estaban iniciando la creación de los riñones. Y lo que se descubrieron es que esos riñones eran un 60% humanos. Es decir, tenían un 60% de células humanas. Y llegaron a la conclusión de que, por primera vez, se había podido crear dentro de un animal un órgano humano.

¿Podrían crearse otros órganos? Según los científicos, se va a poder hacer también, dentro de un tiempo, con el corazón y con el páncreas. Se eligió el riñón por dos motivos. Primero, porque es uno de los órganos que primero se desarrollan durante la gestación. Y segundo, porque los trasplantes de riñones son los más demandados.

Los problemas éticos sobre este tema son evidentes. En Occidente tenemos unos límites éticos y unas leyes más duras que China. Y por eso, se ha podido hacer este experimento en el país asiático. Por ejemplo, hace seis años un equipo español participó en un estudio similar y uno de sus integrantes, el doctor Pedro Guillén, ha contado a 'laSexta Clave' su experiencia. Decidió abandonar la investigación... por problemas éticos. Cuando iban a dar el ultimo paso, sin saber si les saldría bien o mal, dice, que decidieron no seguir. Les dio miedo. "El pensamiento que vino es: 'y la célula humana que tu has puesto a esa cerda, se escaparán algunas e irán a la consciencia y podrá tener este animal consciencia, dolor o de pesadumbre o de disgusto", ha señalado Guillén.