Uhuru Kenyatta, presidente del Kenia, ha resultado ser un farsante. O al menos falsa ha sido su lucha contra la corrupción y a favor de la transparencia que tanto ha pregonado en su país, puesto que su nombre ha sido descubierto en empresas ocultas en Panamá y las Islas Vírgenes Británicas. Su nombre y el de paerte de su familia.

Hasta ahora, la corrupción había sido siempre el motor de sus campañas políticas cuando era solo un candidato y de sus discursos desde que está en el cargo. Pero siendo una de las personas más ricas de Kenia -ha llegado a ocupar el primer puesto de la lista 'Forbes'- en más de una ocasión le han preguntado también por su propia fortuna. Y esto es lo que decía: "Si alguien puede decir que lo que hemos hecho o lo que hemos conseguido no es legal, que lo siga. Estamos preparados".

Ese momento ha llegado con los Pandora Papers, ya que el Consorcio de Periodistas tiene pruebas. Han localizado al menos siete empresas en paraísos fiscales y entre los papeles aparece el nombre del presidente, Uhuru Kenyatta, el de la madre del presidente, más de 31 millones de dólares a nombre de su hermano... Es decir, el escándalo salpica a toda la dinastía.

Es verdad que la fortuna creció más rápido desde que Uhuru está en política, pero todo empezó mucho antes, con otro presidente, Jomo Kenyatta. El primer presidente de Kenia y, efectivamente, el padre del protagonista de esta historia.

Durante el mandato de Jomo, los Kenyatta compraron casi el 20% de todas las tierras de Kenia a precio de risa. Hoy la fortuna familiar se calcula en 500 millones, en un país donde la media no gana ni 600 euros brutos al mes.

Pero los papeles no son la única polémica del actual dirigente de Kenia. Hace unos años tuvo que declarar como acusado ante la corte penal internacional por presuntamente instigar a los arranques de violencia que en 2007, tras las elecciones, asolaron el país africano durante meses y dejaron más de mil muertos e innumerables heridos.

Según la fiscalía, el gobierno obstruyó la investigación y Kenyatta se libró por falta de pruebas. Con los Pandora Papers, al menos, sabemos que si en esta ocasión vuelve a salir impune no va a ser por falta de pruebas.