De colonia española a la Marcha Verde y el Frente Polisario: la historia del Sáhara Occidental

El Gobierno apuesta ahora por que el Sáhara Occidental sea una provincia autónoma de Marruecos. Una tierra que en su día fue una provincia española con más de 1.700 ciudadanos españoles, con DNI como los que puedes ver en el vídeo que ilustra estas líneas.

Era española desde 1884, cuando los países europeos se repartieron África en la Conferencia de Berlín. España reclamó esos 260.000 kilómetros cercanos a Canarias y al resto de países les pareció bien que se quedara esa tierra de nómadas.

Posteriormente, en los años 50 del siglo pasado, el régimen de Francisco Franco se dio cuenta de que en la zona había pesca y fosfatos y quiso aprovecharlos. En noviembre de 1950, el dictador visitó El Aaiún junto a su mujer, Carmen Polo.

En los 60 llegaría el fin del colonialismo: Francia, Bélgica y Reino Unido salían de África y Naciones Unidas trasladó a España que el Sáhara era un territorio pendiente de descolonización.

A Marruecos llegaba Hasán II, que de amigo cordial del régimen español pasó a insinuar que el Sáhara era suyo. En 1975, miles de marroquíes invadieron el Sáhara español en la Marcha Verde, por el color de la paz, según dijeron. Hasán II dijo que la encabezaría, pero nadie le vio y que solo abandonaría la invasión si España cedía ya el territorio, un chantaje que admitiría después. Ocho días después, España firmó su salida del Sáhara.

Surgió entonces el Frente Polisario: saharauis pro-independencia que, como España ya estaba fuera de la zona, dirigieron su violencia contra Marruecos. Este respondió con una brutal represión: lanzó napalm contra civiles, bombas, metió blindados en las ciudades saharauis y a sus habitantes les llevó a campos de refugiados. El alto el fuego entre Marruecos y el Frente se firmó en 1991 pero los campos siguen funcionando y aún viven ahí más de 170.000 personas, más o menos la población de Santander, Albacete o Burgos.

Desde entonces, todo ha sido estancamiento y tensión. El último ejemplo fue el ingreso del líder del Frente Polisario en un hospital de Logroño y la tormenta política que esto acarreó.