La ciudad de Madrid se encuentra inmersa en una controvertida crisis medioambiental de proporciones monumentales. Lo que comenzó como un proyecto para ampliar el metro ha evolucionado hacia lo que algunos llaman un "arborcidio", con 500 árboles ya talados y una intensa resistencia de vecinas encadenadas en Madrid Río.
La polémica ha alzado a dos protagonistas destacados: la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. En una espiral de declaraciones, Ribera ha mostrado su preocupación, mientras Almeida ha defendido la actuación de su administración, asegurando que "los árboles no son de izquierdas ni de derechas".
La tensión se ha exacerbado con la entrada en escena de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, acusando al Ministerio de Transportes de talar 257 árboles para la ampliación de Atocha. El ministerio, representado por Óscar Puente, ha respondido señalando que solo se talará un árbol y reformando el proyecto, mientras Ribera ha expresado su respaldo a los vecinos afectados.
La magnitud de este llamado arborcidio cobra más relevancia al conocerse que se han talado 500 árboles, parte de un proyecto que inicialmente preveía la tala de 1.300. La zona afectada, con seis kilómetros que incluyen un área protegida por la UNESCO, ha llevado a la denuncia de Alianza Verde ante la fiscalía al tratarse de un espacio catalogado como Patrimonio Mundial, único en la capital.
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Este conflicto no es aislado. Datos del Ayuntamiento revelan que entre 2019 y 2022 desaparecieron casi 80.000 árboles en Madrid. Aunque Almeida promete plantar 500.000 en los próximos cuatro años, la ciudad se cuestiona si este esfuerzo compensará las pérdidas.