Con la inminente adquisición del 20% de Naturgy, BlackRock aumenta su influencia en empresas clave del Ibex 35, abarcando de este modo desde el sector financiero hasta la energía y las comunicaciones. El movimiento suscita interrogantes sobre el impacto que puede tener que sectores estratégicos lleguen a manos de un gigante financiero.

Con participación también en Repsol, BlackRock ya controla el 5,5% de la petrolera. El máximo dirigente de Repsol, Josu Jon Imaz, cuestionó el miércoles en el Foro Económico Mundial en Davos la política gubernamental de eliminar el CO2, tildándola de ideológica y poco efectiva. La respuesta de la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, no se hizo esperar, calificándolo de negacionista, populista y demagógico. Subrayó, además, las tensiones entre el gigante financiero y las políticas medioambientales del país.

La extendida sombra de BlackRock se cierne sobre el Ibex y despierta inquietudes ante el control que un fondo buitre puede tener en sectores que resultan vitales. Mientras tanto, el Gobierno espera más detalles antes de intervenir.