Hoy ha caído el único acuerdo que Ucrania y Rusia tenían vigente en esta invasión: el pacto del grano. Un acuerdo por el que Rusia permitía que los barcos llenos de cereales saliesen desde tres puertos ucranianos sin ser atacados. Eso se acabó: hoy las bombas rusas han vuelto a caer sobre el puerto de Odesa, la conexión ucraniana con el mar Negro. Sin este acuerdo, los buques ucranianos cargados de comida ya no podrán viajar seguros hacia Turquía.

Más allá de los acuerdos concretos de intercambios de prisioneros y de cuerpos de fallecidos en ambos bandos, este era el único gran acuerdo alcanzado desde que Rusia lanzó la gran invasión de Ucrania en febrero de 2022.

Los cereales que se han exportado gracias a este acuerdo son el maíz, el trigo y los productos derivados del girasol, como por ejemplo el aceite. Si vamos al detalle, vemos que la mitad de todo lo exportado es maíz, seguido de un 28% de trigo y los derivados del girasol en tercer lugar. Las cifras dejan claro que el acuerdo ha sido un éxito. Hemos pasado de que no saliese ningún barco con grano de Ucrania a que en un año hayan partido 1.143 barcos a 45 países diferentes, lo que implica la exportación de 33 millones de toneladas de cereal.

Ese cereal va a distintas partes del mundo. En el caso del maíz, se exporta igualmente a países desarrollados y en desarrollo, pero sí hay una diferencia grande en el trigo, en cuyo caso dos de cada tres kilos se exportan a países en desarrollo. Esto quiere decir que países como Etiopía, Yemen, Afganistán, Sudán, Somalia, Kenia y Yibuti dependen de este acuerdo para alimentar a su población. Son países que sufren sequías muy importantes que provocan una escasez de alimentos muy importante.

Para los países en desarrollo este acuerdo es vital. Pero no olvidemos algo importante: este acuerdo también repercute, y mucho, en nuestros bolsillos. En la curva del precio del trigo en los dos últimos años se puede ver el ascenso que provocó el inicio de la guerra. Queda patente en los datos, que pasan de 289 euros por tonelada cuando no había tensión, en enero del 2021, hasta 486 euros el día en que se inicia la invasión, lo que implica una subida del 68%.

Pero lo peor estaba por venir: durante tres meses ningún barco pudo sacar cereal de Ucrania. En consecuencia, en mayo el precio se había disparado hasta 522 euros por tonelada, una subida del 80% con respecto a enero del 2021. Con el grano disparado, se firman en mayo de 2022 los primeros acuerdos para sacar grano de Ucrania, lo que implica que el precio baja un 26% en dos meses. Ese también es el precio al que nosotros pagamos el grano.

No es casualidad el momento en el que se ha cancelado el acuerdo: en Ucrania están en plena cosecha de trigo, cebada o colza, y en tres o cuatro meses vendrán el maíz y el girasol. Es el momento perfecto para romper el acuerdo, si lo que buscas es dañar la economía del enemigo. La venta de los cereales supone una entrada muy importante de divisas que se emplean para seguir combatiendo contra Rusia.

¿Hay opciones de que Rusia reactive el acuerdo de exportación de granos del mar Negro? Putin deja la puerta abierta, pero hace varias exigencias difíciles de cumplir para occidente: que dejen exportar a Rusia más grano y fertilizantes, que su banco agrícola vuelva a ser aceptado en el sistema bancario internacional y que les dejen comprar recambios de sus maquinarias agrícolas. Francia ha denominado esto un "chantaje a la seguridad alimentaria mundial".