En un día que pasará a la historia de Cataluña, el acuerdo alcanzado entre ERC y el PSOE ha conllevado un hito sin precedentes: la cesión del control de los Rodalies, las cercanías ferroviarias de Cataluña, a la Generalitat. Durante años, los problemas en el sistema ferroviario catalán habían sido objeto de queja constante del independentismo, pero finalmente han logrado la gestión de este servicio esencial.

La transición representa un cambio significativo en el control de las cercanías. Cataluña se convierte en la primera autonomía en gestionar las cercanías ferroviarias. Lo que antes era una unidad de negocio de Renfe se convierte ahora en una empresa autónoma controlada por la Generalitat, con participación estatal. No se expulsa a la compañía ni al Estado de la gestión, pero esto marca un nuevo rumbo para el transporte ferroviario en Cataluña.

El aspecto financiero de este acuerdo también es destacable. El Estado seguirá aportando los fondos necesarios para el mantenimiento de los trenes y las infraestructuras ferroviarias, con una inversión de 6.200 millones de euros en los próximos diez años. Esta inversión garantiza que el servicio de Rodalies mantenga los estándares de calidad y seguridad.

Uno de los obstáculos que se superaron en este proceso fue la deuda que mantenía la Generalitat con Renfe. Renfe alegaba que la Generalitat debía pagar millones de euros, pero con este acuerdo, el Estado asume la responsabilidad de estas deudas. Joaquín Rivero explicó: "El Estado ha decidido asumir las deudas pendientes, incluyendo una de 132 millones de euros. Esto permite un nuevo comienzo sin deudas ni disputas financieras."

La gestión de las vías ferroviarias también se ha resuelto en el acuerdo. La mayoría de las vías que cruzan Cataluña, utilizadas por trenes que conectan autonomías y transportan mercancías, seguirán bajo la supervisión del Estado. Sin embargo, el Gobierno catalán gestionará tres vías exclusivamente utilizadas por el servicio Rodalies, lo que permitirá una mayor autonomía en la toma de decisiones sobre el transporte de cercanías.

Este modelo de traspaso de control en el sistema ferroviario catalán podría servir como ejemplo para otras autonomías que buscan un mayor control sobre sus servicios de cercanías. La cesión de la gestión de Rodalies a la Generalitat marca un antes y un después en el transporte ferroviario en Cataluña y podría ser un referente para futuros acuerdos similares en toda España. La revolución en los Rodalies representa un paso hacia la descentralización y la mejora de los servicios ferroviarios en el país.