El anuncio por parte del ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, de llevar al Tribunal Constitucional las denominadas como leyes de concordia promovidas por PP y Vox contra la ley de Memoria Democrática ha sido una de las noticias del lunes, una respuesta a estas leyes que se implementarán en Comunidad Valenciana, Aragón y Castilla y León.

Esta visión sobre la memoria democrática no es algo que se comparta entre nuestros vecinos europeos. En Italia, por ejemplo, su Constitución prohíbe la reorganización del partido fascista de Mussolini, intentando enterrar cualquier sombra de su legado. La ley en Italia castiga con dos años de cárcel a quien haga el saludo fascismo, aunque el Gobierno italiano está liderado por la ultraderechista Giorgia Meloni, con un partido (Fratelli d'Italia) nacido de los restos del posfascismo.

Alemania es otro país con un oscuro pasado, cuya sociedad está muy comprometida con la memoria histórica y cuentan con una ley de memoria democrática desde hace más de 60 años que se ha ido completando con otras leyes adicionales. Está castigado penalmente negar la dictadura, símbolos nazis y hacer apología del genocidio. Pese a que gobierna la socialdemocracia, el auge de la ultraderecha es muy importante; eso sí, si derecha e izquierda coinciden en algo es en el cordón sanitario a la extrema derecha.

Por último tenemos a Grecia, que no cuenta con una ley que penalice explícitamente la exaltación del fascismo, aunque sí que es delito negar el Holocausto y hay una ley que prohíbe el antisemitismo. Todos los partidos, incluida la derecha, llevan años luchando contra el auge del partido neozani que llegó a ser tercera fuerza en el país y que hoy está disuelto y cuyo líder está en la cárcel por el asesinato de un rapero antifascista.