Se ha revelado que Koldo García junto a su familia desembolsaron una suma considerable para cubrir diversos gastos personales del exministro José Luis Ábalos. Esta ayuda financiera incluyó desde la cobertura de costes relacionados con el divorcio de Ábalos, pasando por viajes personales a destinos playeros, hasta el pago de juicios y material escolar para los hijos del exministro, sumando un total de 45.000 euros.

Esta generosidad ha generado interrogantes sobre la naturaleza de la relación entre García y Ábalos, y si estos actos podrían encuadrarse dentro de prácticas corruptas. Ante las sospechas levantadas, el marco legal actual sugiere que estos actos podrían interpretarse como un delito de cohecho impropio, tal y como lo describe el artículo 422 del Código Penal. Este tipo de delito se configura cuando una autoridad o funcionario público recibe regalos o beneficios en virtud de su cargo, con penas que pueden incluir hasta un año de prisión y la suspensión de su cargo público por un periodo de entre uno y tres años.

Sin embargo, la defensa de Ábalos podría hallar un resquicio legal en la existencia de una "relación de amistad" previamente reconocida con García, lo que potencialmente podría eximir al exministro de responsabilidad penal al considerar los pagos como gestos entre amigos y no como actos de corrupción.

El desglose de los gastos cubiertos por Koldo García y su entorno familiar es tan detallado como sorprendente. Desde la financiación de litigios contra detractores en redes sociales y medios de comunicación, hasta la facilitación de una vivienda durante el proceso de divorcio de Ábalos y diversos regalos y gastos cotidianos.

Estas transacciones, meticulosamente registradas, incluyen pagos directos para cubrir desde las cuotas de asociaciones de padres de alumnos hasta estancias vacacionales, revelando el profundo entramado financiero que sostuvo la vida personal de Ábalos a través de la 'generosidad' de su entonces asesor y su familia.