Se define como un 'dios hindú'. Dice que es la reencarnación del máximo representante de una religión que se ha inventado él. Y está en busca y captura por violar y secuestrar niños. Su nombre: Nithyananda Paramashivam. Para sus fieles, unos 2.000 millones en el mundo, dice, es un avatar, en el hinduismo la encarnación terrestre de un dios.

El autoproclamado gurú se ha inventado de todo: desde sus superpoderes, hasta su organización religiosa, pasando por el banco donde los fieles ingresan sus donaciones. Pronunciaba sus sermones a través de las redes sociales porque hace cuatro años que desapareció. Nadie conoce el paradero de este "dios" que encontró la iluminación cuando era monje del Himalaya.

Entre sus poderes: hacer hablar a los animales, retrasar la salida del sol o encontrar objetos perdidos. Pero la verdad que su currículum es para estar de todo menos orgulloso. Uno de sus primeros escándalos fue mantener relaciones sexuales con una actriz. Después vinieron las denuncias de violación de una de sus discípulas en 2010 y por varios menores a los que también secuestró en su monasterio. Allí la policía encontró una habitación llena de condones y marihuana.

Esos delitos sexuales le condujeron a prisión por poco tiempo, fianza de por medio, pero ahí no acabó la controversia. Contó a la prensa india cómo una de sus discípulas al cargo de la organización moría en extrañas circunstancias. Por todo eso, el nombre del autoproclamado dios hindú aparece en las listas de la Interpol y está en busca y captura.

Solo se sabe que se refugió en Ecuador, donde compró una isla, en la que fundó su propio estado: Kailasa. Un país que no existe. Se ha inventado su propia moneda, su bandera, una constitución y hasta un pasaporte.

Así ha logrado colar a sus representantes en dos sesiones del comité de la ONU. Él también estaba pero en forma de cartón. Una de sus embajadoras llegó a intervenir en una de las reuniones, en Ginebra. Además, su Estado ha nombrado emisarios en varios países del mundo, como Reino Unido o Canadá.

Y no solo eso. Sus embajadores han sido recibidos por las autoridades de la ciudad más grande de Nueva Jersey, para firmar un hermanamiento. Bastaba buscar Kailasa en Google Maps para evitar la estafa.