Si se observa de cerca, es fácil notar un detalle común en las manos de figuras tan dispares como el peleador Ilia Topuria, el Rey Juan Carlos, Cristiano Ronaldo o el Príncipe Harry. Se trata de un anillo inteligente, que lejos de simbolizar una membresía a alguna sociedad secreta, representa la última moda entre los millonarios. Este accesorio de alta tecnología ha captado la atención de la élite global, por ofrecer una opción más en pro del bienestar personal con un simple vistazo a la mano.

La pregunta que surge es inevitable: ¿Por qué este anillo cuando el mercado ya ofrece alternativas como las pulseras inteligentes? La respuesta se basa en dos motivaciones principales. La primera, y más superficial, es que permite a los famosos mantener su estilo adornando sus dedos sin renunciar a la tecnología de vanguardia. La segunda es más sustancial, puesto que el anillo permite predecir el nivel de energía diario, en base a la calidad del sueño.

Esta funcionalidad, de hecho, convierte al accesorio en una herramienta de valor incalculable, ya que permite planificar días críticos, pero también para ajustar la intensidad de los entrenamiento de los atletas. Existen diferentes modelos cuyo precio varía entre los 300 y los 600 euros.

Más allá de monitorizar el sueño y el estrés, el anillo inteligente posee la notable habilidad de prever enfermedades. A través de la medición de la temperatura corporal durante la noche, es capaz de detectar variaciones mínimas que podrían indicar la incubación de una enfermedad. Su precisión es tal que ha demostrado ser efectivo en la detección precoz de contagios de COVID-19, pero también del ciclo menstrual con un mes de antelación. En definitivo, este anillo se ha convertido en un guardián de la salud personal.

Detrás de este innovador dispositivo está Oura Ring, una empresa finlandesa que ha atraído operaciones inversores por parte de celebridades como Will Smith y Shaquille O'Neal. Con una producción limitada y ediciones especiales en oro, el anillo no solo es un gadget tecnológico, sino que también una pieza de joyería de lujo.

Tras aglutinar un millón de usuarios a nivel mundial -un 88% de estos ha reportado mejoras en su salud- el anillo inteligente se posiciona como un puente entre la tecnología y el autocuidado, invitando a sus portadores a escuchar y actuar según las señales de su propio cuerpo.