Duros son los datos económicos que llegan de Rusia. Las sanciones europeas estrangulan ya su economía. Su PIB cayó en mayo un 4,3%. Y mientras, su consumo también cae en picado. La venta de automóviles cayó un 97%: apenas se compraron coches en mayo. Y, también, se ha dado un bajón en la compra de frigroríficos y lavadoras entorno al 60%. La conclusión: los rusos evitan adquirir bienes duraderos, los que requieren grandes inversiones.

Y otro dato que refleja el apagón en la economía rusa: Gazprom, su gigante gasístico, ha suspendido el pago de dividendos entre sus accionistas. No reparte beneficios de 2021, y su valor en bolsa ha caído un 30%. Así las cosas, queda claro que el presidente del país, Vladímir Putin, sigue en guerra con Ucrania, y sin embargo es su pueblo el que está pagando las consecuencias de la invasión del territorio.