Forzados por la realidad
Un año después, Palestina sigue siendo una palabra incómoda en el Congreso
¿Qué están diciendo? Feijóo evita romper con la línea dura pese a las críticas internas, Vox arremete contra Sánchez por "blanquear a Hamás" y el Gobierno convierte Palestina en bandera exterior ante las exigencias de Sumar.

Hace un año, Pedro Sánchez anunciaba que España estaba dispuesta a reconocer el Estado de Palestina. Doce meses, miles de muertos y una ofensiva militar sin tregua después, el hemiciclo español muestra las grietas de una clase política que ha tenido que reposicionar su discurso forzado por la realidad.
Lo que comenzó como un tema incómodo en el seno de la coalición de Gobierno —y tabú entre las filas populares— se ha convertido en una cuestión que divide, descoloca y arrastra. Hoy, nadie puede esquivar la tragedia. Ni siquiera aquellos que hace meses evitaban cualquier crítica explícita a Israel.
El Partido Popular ha tensado su equilibrio retórico hasta el límite. Alberto Núñez Feijóo niega que haya cambiado de postura: "El principal enemigo del pueblo palestino es Hamás. Es evidente que el gobierno israelí debe cesar sus actividades militares contra la población civil y facilitar la ayuda humanitaria".
Pero los hechos y las imágenes abren grietas internas. Borja Sémper ha sido contundente: "Es muy razonable que haya un replanteamiento viendo lo que estamos viendo. Israel tiene derecho a defenderse, sin duda, lo que no tiene derecho es a cometer las atrocidades que está cometiendo Netanyahu".
Unas palabras que rompen la línea habitual de Génova, más alineada con la narrativa de la ultraderecha. Santiago Abascal insiste en señalar a Pedro Sánchez como "tan culpable como quien apoya y legitima a los terroristas", mientras reitera que "el responsable de la guerra es Hamás".
En el otro extremo del tablero, Moncloa ha hecho de Gaza el eje de su agenda internacional. Sánchez ha pedido el veto de Israel en Eurovisión, ha votado a favor del embargo de armas y ha viajado a capitales como Tirana, Bagdad o Estambul para recabar apoyos. Un movimiento que responde a la presión de sus socios de Sumar, para quienes nada de esto basta. "Estamos viendo una matanza, un genocidio ante la comunidad internacional. No estamos haciendo lo suficiente, hay que hacer más", ha reclamado Yolanda Díaz.
Paradójicamente, fue gracias al voto de Junts —partido tradicionalmente proisraelí— que el Congreso sacó adelante la iniciativa a favor del embargo. Su justificación: la defensa de los derechos humanos… y que el embargo se amplíe a todos los países involucrados en crímenes de guerra.
Un año después del anuncio de Sánchez, España ha reconocido más que Palestina: ha tenido que reconocer, a la fuerza, que la tragedia ya no admite matices.