Queda prácticamente un mes para acudir a las urnas y los partidos políticos ya han cerrado sus listas electorales. Aunque no son las generales, las formaciones van a tirar de algunas caras conocidas. Hasta 60 diputados del Congreso van a presentarse en comunidades autónomas o localidades el 28 de mayo. Eso es cerca del 20% del hemiciclo.

Muchos de esos diputados son muy conocidos, como Gabriel Rufián, portavoz de Esquerra Republicana. Se presenta a la alcaldía de Santa Coloma de Gramenet, así que estos días le ha tocado hablar de medidas locales como las farolas en las calles de su ciudad.

Otro ejemplo, otro portavoz en el Congreso, Joan Baldoví, de Compromís. Se presenta para president de la Generalitat Valenciana. Su objetivo es mantener el Pacto del Botanic. Ha defendido muchas veces la financiación de su comunidad desde la tribuna del Congreso. Estos días lo que promete a sus votantes es mejorar la sanidad y el transporte público de su tierra.

Ana Oramas es otra clásica del Congreso. Esta vez se presenta al Parlamento canario. Es más, su intención es dejar definitivamente el Congreso. Para eso, ahora defiende políticas sociales para ayudar a la conciliación de las tinerfeñas.

Antonio González Terol es diputado del PP. Lo más curioso de su caso es que se presenta para alcalde de Alcorcón, en Madrid, cuando hace 12 años ya fue alcalde de otro municipio madrileño: Boadilla del Monte. Alcorcón y Boadilla, dos localidades muy distintas. Su discurso en clave local: más seguridad y menos okupas.

Hay muchos más ejemplos, como la portavoz de Junts en el Congreso, Miriam Nogueras. Se presenta en Cardedeu, un municipio de unos 18.000 habitantes cerca de Barcelona del que ya fue alcaldesa.

Si sacan el escaño en su tierra, Ana Oramas o Joan Baldoví tendrán que dejar el Congreso. En cambio Rufián, Terol o Nogueras no. Porque ser alcalde o concejal y diputado en el Parlamento es perfectamente compatible. Eso sí, solo podrán cobrar un sueldo. El que ellos quieran. Normalmente el más alto es el de diputado, pero no siempre. Una diputada del PP eligió su sueldo de concejala en la oposición del Ayuntamiento de Barcelona. Allí cobraba unos 1.400 euros más al mes que como diputada.