"Ciudadanos de Israel, estamos en guerra. Esto no es una operación ni una escalada, sino una guerra". Así se pronunció el sábado el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, declarando el estado de guerra en el país tras la ofensiva sorpresa lanzada por Hamás.

Cristina Márquez es una española que había ido con su pareja a Israel el 1 de octubre para hacer turismo. En el momento en el que todo sucedió ellos estaban durmiendo. "A las seis de la mañana escuchamos sirenas", ha explicado, reconociendo que en un primer momento querían pensar que eran de los bomberos. "Después, empezamos escuchar los cohetes caer y el suelo comenzó a temblar", ha indicado.

Tras esto, decidieron meterse en el búnker del hotel hasta que el ataque pasara. "La embajada nos dijo que permaneciéramos allí hasta que tuviésemos noticias de nuestro vuelo". Sin embargo, cuando acudieron al aeropuerto de Tel Aviv, descubrieron que habían cancelado el vuelo con destino a Málaga.

"Hemos comprado uno a Berlín y otro a Barcelona, pero también los han cancelado", ha confesado. Ahora, están a expensas de buscar otro, aunque reconoce que ya no saben qué hacer. "Estamos pagando vuelos que luego no salen, están jugando con la desesperación que tenemos", ha señalado.

De momento, ha reconocido que ya se han gastado cerca de 1.500 dólares en vuelos que luego han cancelado. "Los venden y luego no salen", ha lamentado.

Cristina Márquez ha reconocido que sienten como si estuvieran soñando y fuese una pesadilla. "Es la peor experiencia de mi vida", ha indicado. Además, ha explicado que el aeropuerto está lleno de gente de todas las nacionalidades que intentan salir del país.