"¡Piensa que se va a morir tu madre, que se ha ido el sol y tenemos que repetir la toma y estamos aquí esperando a que tú llores!", le gritaban en los rodajes con cierta frecuencia los directores aJorge Sanz cuando era tan solo un tierno infante que trabajaba en el cine. El actor cuenta en La Roca que, en casi todos estas películas, ocurría algo de la trama que exigía que él llorase en la gran pantalla.
Esta actitud de los cineastas le provocaba auténtico pánico. "Con lo bien que yo me lo paso trabajando, no quiero pasarlo mal", reflexionaba a menudo en el set de rodaje. "Para que veas lo que es el método y lo fáciles que pueden ser las cosas. Empecé a pensar en qué momentos lloraba yo y llegué a la conclusión de que es cuando vomito". Fue así como "a lo tonto", desarrolló una especie de "método Stanislavski".
"Consiste en llevarse la lengua hacia atrás, que ya se te pone cara de compungido, y disimuladamente te provocas una arcadita y se te caen unos lagrimones impresionantes. Por eso trabajaba tanto de pequeño", confiesa el aclamado actor, que además cuenta una anécdota del rodaje de 'Conan el Bárbaro'.
"El personaje que yo hacía (Conan niño) tenía una escena fundamental para que Conan no pareciera un psicópata asesino que se pasa la película destripando gente y arrancando cabezas", cuenta.
La trama estaba relacionada con una historia de la infancia del personaje, en la que se veía cómo era maltratado y Conan lloraba y decía una frase lapidaria. Sin embargo, no pudo provocarse las 'arcaditas', fundamentales en su método. "Ese día, rodábamos en Ávila y hacía un frío de narices. Tenía mucha tiritona y no pude". Por lo tanto, Conan es un psicópata por culpa de Jorge Sanz, tal y como relata el actor en La Roca.
En La Roca
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