Una de las claves que ha propuesto la Unión Europea para bajar el consumo y la dependencia de gas ruso, de cuya exportación dependen muchos países europeos, es la de bajar la calefacción o usarla menos. Así lo ha pedido Josep Borrell, alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. Pero, ¿qué ocurriría si todos los europeos bajásemos un grado la calefacción?

El matemático Santiago García Cremades ha dado las claves en La Roca para entender qué implicaría sobre la economía rusa. Para empezar, si todos bajásemos un grado la calefacción, supondría un ahorro de entre el 6 y el 7% de consumo y de compra de gas ruso. Si al año en la UE compramos a Rusia 155.000 millones de metros cúbicos de gas, un 6% de esto sería reducir 10.000 millones de metros cúbicos, que se traducen en 450 millones de euros que no recibiría de la UE el Gobierno ruso.

Pero el objetivo europeo va más allá y pretende bajar esa dependencia hasta final de año en torno a un 66%. "si lo consiguiéramos, conllevaría una reducción de 5.000 millones de euros al año", explica el experto.