El juez Baltasar Garzón se ha emocionado en La Roca al explicar cómo afrontó su familia el que ya pudiese regresar a la carrera judicial tras su inhabilitación. En el año 2012, mientras instruía el 'caso Gürtel', el juez fue condenado a 11 años de inhabilitación, una condición que ha cumplido y le ha mantenido fuera de su trabajo hasta que en agosto de 2021 la ONU dictaminó que esta inhabilitación había sido "arbitraria" y daba a España seis meses para dar una "reparación efectiva" al magistrado.

"Han sido muchos años y yo he cumplido mi condena hasta que al final el comité de Derechos Humanos, por unanimidad, ha establecido que esa sentencia fue arbitraria, injusta y parcial", ha recordado el Garzón, quien dice sentirse bien porque al final le han dado la razón y eso "restaña muchas heridas familiares" que le llegan especialmente dentro.

Concretamente, se refiere a su madre y lo que ha supuesto para ella la decisión de la ONU. "Había pasado una crisis muy dura al final de julio, donde todos estuvimos muy asustados. Cuando le di la noticia grabó un vídeo para la familia y dijo: 'Dios me ha dejado viva para ver este momento'", eso, reconoce el magistrado, "ya compensa mucho dolor".