Estos días, los españoles están notando un cierto incremento de precios al a hora de hacer la compra habitual, un momento en el que se refleja cómo nuestro poder adquisitivo ha ido menguando en las últimas semanas. La Roca ha analizado junto al matemático Santiago García Cremades cómo la subida del precio de la gasolina ha influido en el aumento del precio de los alimentos.

Por ejemplo, el precio general de la salsa de tomate ha subido un 5,2% desde febrero, en proporción a cada 10 céntimos de gasolina provoca 5,5 céntimos la salsa de tomate. El agua mineral embotellada también ha crecido un 5,1% su precio. En correlación, por cada 10 céntimos que sube la gasolina, el agua sube 2,7 céntimos.

La fruta (un 3,8%), las legumbres (un aumento del 3,1%) y la leche (cuyo precio sube un 1,9%) son otros de los productos que también se han encarecido, aunque algo menos en relación con la subida del precio de la gasolina.