Se presentaba como 'Aquaman', decía que su sueño es crear una ciudad submarina para vivir debajo del mar ya que tiene una gran conexión con el agua.

Al llegar a La Isla, después de que el grupo consiguiera hacer fuego, se centraron en cómo repartir el agua que tenían para hidratarse. Ahí es donde Miguel propuso su solución: beber agua del mar, "como lo hacen los delfines".

Pero La Isla ha impuesto sus primeras reglas con dureza: no importa lo rápido y fuerte que seas, nunca tendrás el control de lo que puede suceder. Por eso, después de llevar varios días bebiendo agua del mar, Miguel comienza a encontrarse mal y decide abandonar, algo que repercute también en sus compañeros.