Cinco días después de que se disputara el Gran Premio de Estados Unidos en Austin han salido a la luz unas imágenes que dan miedo. Ocurrieron durante el podio, nada más finalizar la prueba.

La organización lanzó fuegos artificiales en una zona en la que se encontraba el helicóptero que graba la carrera desde lo alto. Al parecer el piloto no estaba avisado de que en ese momento se iba a producir el lanzamiento.

Afortunadamente abandonó el lugar sin que ninguno de los proyectiles le alcanzara. Se evitó una auténtica tragedia.