Hasta la tranquila Formentera llegan, a menudo discotecas flotantes donde hasta 150 jóvenes lo dan todo a bordo. Sin embargo, su presencia perturba el descanso del turista de esta isla, que viaja hasta allí en busca de descanso y desconexión.

Titi Ibáñez, gerente de un local en Formentera, explica que los 'party boats' se reconocen desde lejos "por la música que tienen". Al día llegan hasta las bahías de allí varias de estas embarcaciones, pero ningún turista consume en los establecimientos de la isla porque solo lo hacen en el barco.

"Los clientes de yates privados son lo fundamental de la isla, son los que traen el dinero", explica el gerente, que detalla también que una cuenta de esos clientes puede ascender a 1.000 euros.

El turismo es la única industria que sostiene la economía de la isla. ¿Podrían estas fiestas a bordo amenazar su modelo de negocio? ¿Cuánto dinero suponen realmente estos turistas de las discotecas flotantes?

Temen que les espanten a los viajeros VIP que pueden permitirse precios más altos y podría ser ese el motivo para prohibir los barcos de estas características.

La empresa que pone de moda los 'party boats' en Ibiza ha conseguido beneficios suficientes como para extenderse por medio mundo.

*El contenido al que hace referencia la información forma parte de un programa de Equipo de Investigación de 2015 que laSexta ha vuelto a emitir este viernes.