En el distrito financiero de Madrid, flanqueada por varios edificios, una pista el pádelha sido denunciada por los vecinos. En el primero, un despacho de ingenieros, su director explica a Equipo de Investigación cómo es trabajar con el constante sonido de los golpes a las pelotas, algunas de ellas que incluso se han llegado a colar en la oficina: "Las hemos repartido, sobre todo para los amigos y los perritos de los amigos", comenta.

El presidente de la comunidad, Juan Miguel Sáinz, señala que su mujer trabajaba en su casa, "pero ha tenido que alquilar un espacio para trabajar" por el ruido. "Son pelotazos constantes, gritos constantes, el tumulto", afirma este vecino, que asegura que empieza a las 8 de la mañana y hasta las 11 de la noche: "Vivo siempre con un golpe constante en mi vida".

Juan Miguel defiende que esta situación "ha generado en la gente una situación de mucha ansiedad, intensidad" y que se ha demandado al club. De hecho, han contratado a un detective privado, que graba día y noche las pistas, y también a un ingeniero que, con sus mediciones, puede probar en un juicio el nivel de ruido persistente.

Los reporteros del programa intentan hablar con los propietarios del club de pádel y la única respuesta ha llegado desde el despacho de abogados que les defiende, y que asegura en un email que desde el "Ayuntamiento de Madrid realizaron mediciones de los niveles sonoros ambientales, constatándose el cumplimiento de los objetivos de calidad acústica".