El 90% de la sal que adquirimosestá enriquecida con yodo, un mineral esencial para el sistema metabólico. La OMS eligió la sal para enriquecer las dietas pobres en yodo, y la normativa fija que cada kilo de sal debe contener 60 miligramos de yodo.

Sin embargo, la Universidad de Cádiz realizó un estudio en 2010 sobre 72 marcas de sal de varios países y comprobó que casi el 90% de ellas se encuentran por debajo de esa proporción. El motivo es que el yodo no quedaba fijado a la sal, por lo que al llegar al mercado las concentraciones eran más bajas.

Una década después de la publicación del estudio que destapaba el fraude, Equipo de Investigación comprueba si las prácticas han cambiado. Para ello consulta con Amparo Escribano, doctora en Ciencias Químicas, quien analiza cuatro muestras de paquetes distintos.

De las cuatro muestras, una está "totalmente dentro del margen establecido según la regulación", -destaca la experta-, mientras que la segunda "está ligeramente fuera". Las dos restantes, sin embargo, presentan "valores muy por debajo de lo establecido por la legislación". Puedes ver el análisis completo consultando el vídeo situado sobre estas líneas.