Carlos García, conocido como 'Charly', se dedicaba a la promoción inmobiliaria. Como contó ante el juez que lleva su caso por presunta estafa, estaba en el sector desde el año 2000, hasta que en 2008 se produjo la caída del 'boom inmobiliario' y estuvo "años sin construir". Según esta misma versión decidió ir a Mallorca motivado por un amigo que le dijo que en la isla estaba repuntando el mercado de nuevo.

Allí aterrizó el empresario catalán, presentándose como un "exitoso promotor inmobiliario", en una isla donde el precio de la vivienda se había disparado. Así es como consiguió convencer a muchos clientes de que los proyectos inmobiliarios que diseñaba en zonas exclusivas de Mallorca eran una buena opción de compra. Familias que acabaron siendo presuntamente estafadas y nunca vieron hecha realidad las casas de sus sueños.