Las circunstancias de la desaparición de Aurora Mancebo están llenas de incógnitas y de misterio. La joven no se llevó ni dinero, ni documentación ni su teléfono móvil. Más de 400 personas se lanzaron a las calles a buscarla cuando se dio la alarma en la localidad de Boscos, en Tarragona.

Doce días después de su desaparición, la Policía registra las zonas boscosas e inspecciona lugares abandonados. Rastrean palmo a palmo los alrededores de la urbanización donde vivía sin resultados, pero a unos 500 metros de su casa un vecino que paseaba al perro localiza la ropa de la joven totalmente seca a pesar de que había llovido intensamente los días anteriores.

Su abrigo apareció encima de un montón de ramas. Dentro de los bolsillos: sus pendientes, una pulsera, una cajita, un pequeño cuaderno, un llavero sin llaves y una botella con arena de colores. Los botines y los pantalones de aparecen en una posición muy concreta. También su camiseta, su ropa interior e incluso sus calcetines. Allí, además, estaba una Biblia que la joven sacó escondida de su casa. La manera en la que apareció su ropa era muy significativa, tal y como explica el profesor de Psicología Criminal Francisco Pérez en el vídeo principal de esta noticia de Equipo de Investigación.