Salto de Castro, el último pueblo español vendido, copa titulares de todo el mundo y, de nuevo, lo presentan como un gran chollo. El pueblo abandonado, que se ubica en una de las regiones más envejecidas y despobladas de España, se fundó en los años 70 por una compañía eléctrica responsable de la presa que está a escasos metros. Allí vivieron sus trabajadores hasta 1982.

El pueblo ocupa siete hectáreas de terreno, con 44 viviendas, iglesia, puesto de la Guardia Civil, hospedería, consultorio médico y dos piscinas. Un agente inmobiliario vendió el pueblo solo ocho días después de que saltase la noticia en la 'BBC'. "A raíz de que lo publicó la 'BBC' en diferentes plataformas, tanto en inglés como en otros idiomas, empezamos el lunes siguiente a recibir llamadas. Empezamos a recibir un promedio de 80 llamadas diarias de todos los países del mundo, como Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos, India o Turquía", indica el agente inmobiliario.

Así, el agente cuenta qué proyectos proponían algunos de los empresarios que se interesaron por comprar el pueblo: "Se ha quedado gente en lista de espera que quería hacer una escuela bilingüe, montar un pueblo con un toque Harry Potter, una cadena hotelera, comunidades de artistas, hippies...", afirma, tras lo que destaca "el nivel y potencial de los empresarios hindúes" que les han llamado. "Tengo acuerdo de confidencialidad, pero hay un empresario del nivel de un Bill Gates, por ejemplo", asegura.