Durante su secuestro, Mari Àngels Feliu no reconoció a los dos hombres que le apuntaron con una pistola. Se trataba de policías municipales de su propio pueblo. En total, son tres los secuestradores que intervienen esa noche en su captura. "En la parte inicial del secuestro participa Guirado, un policía local que tenía ciertas deudas y, al final, se mete en una película y en una historia que le viene demasiado grande", señala uno de los guardias civiles que se hizo cargo del caso.

Así, Guirado "acaba arrastrando a otro policía local, Zambrano, quien se mete en el secuestro de la farmacéutica de Olot por motivos económicos, igual que el resto". "Aquí la motivación es económica. Zambrano tiene esa necesidad económica por el consumo de sustancias estupefacientes. Era adicto a ellas y prueba de ello es que muere de una sobredosis", indica José Miguel Hidalgo, capitán UCO de la Guardia Civil.