El juicio a Antonio Tejero se celebra un año después del golpe de Estado en el cuartel militar de Campamento, el 19 de febrero de 1982. No se permitió la grabación de imágenes, sino solo la entrada de ilustradores y 66 periodistas, entre los que se encontraba Pedro J. Ramírez, quien estaba acreditado para acceder a la sala de 1.000 metros cuadrados.

En el primero de los seis tomos de las actas del juicio, está registrada la expulsión de la sala de Pedro J. Ramírez. Durante el juicio, Tejero asegura que actuó "a las órdenes del rey", aunque no se consideraba monárquico. En este sentido, Pedro J. Ramírez afirma que "aquí había un fantasma". "Si estaban Jaime Milans del Bosch y Armada, era muy difícil pensar que el rey Juan Carlos no hubiera tenido algo que ver", expresa el periodista, quien señala que "Milans del Bosch era el militar con el que el rey tenía una relación de compadreo", quien "representaba la aristocracia del ejército franquista".