Incluso con el agua al cuello, Jesús Gil pensaba en cómo ganar dinero fácil. Un ejemplo de su cercana relación con los medios de comunicación es la imagen del expresidente del Atlético de Madrid en su piscina.

Allí, en chanclas y en bañador, 'montó' una reunión de negocios y habló sobre su método para ganar dinero, lo que él mismo llamaba la "filosofía Gil", una filosofía que es "la que tenía que tener España", según su parecer.

"Todo el que se relaciona conmigo se hace rico", aseguraba en el bordillo de su piscina. Era su peculiar modo de hacer política, de hacer negocios, de ganar dinero. El alcalde siempre estaba ocupado, pero para las cámaras, su gran perdición, siempre encontraba un hueco.

Era la cara más distendida de Jesús Gil, que no tenía pudor a la hora de enseñar su propia casa ante los medios de comunicación.

Eran las dos caras de la moneda de un Gil cuyas argucias para salvar deudas llevaron a hacerle fichar a cuatro jugadores por 2.700 millones de euros, cifra que coincidía con una deuda de los Gil Marín con el Atlético de Madrid.