Paquita Giménez era cocinera de Ana María Bea, la mujer que estafó millones de euros haciéndose pasar por la hija del rey emérito. Además de cocinar, Paquita hacía algunas tareas, como ir al supermercado o la farmacia. Allí, afirma, "se compraba mucha dormidina y Vagisil": "La usaba por kilos. En la farmacia, eran 200 o 300 euros cada vez que iba".
Sus gastos eran estrafalarios: "A la semana a lo mejor me gastaba 700, 800 euros. Cuando llegaba, colocaba la compra y me ponía a hacer la comida". Por eso, afirma la antigua empleada, nunca sospecharon: "Ella te envolvía, todos te envolvían en esa mentira".
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El joven reconoce estar "arrepentido" de lo que había hecho. "No podía controlar qué se hacía con esos datos, los había vendido", explica, destacando que lo hizo por una "especie de rabia o venganza contra un juez".