Uno de los primeros delitos que comete Manuel González se remite a una madrugada de noviembre del año 1991. Entonces, dos jóvenes volvían a casa por una avenida de Sant Joan d'Espí cuando un hombre pinchó a una de ellas en dos ocasiones en el glúteo. Era Manuel González.

La víctima tenía unos 25 años, mientras que el agresor salió huyendo. Un mes y medio después volvía a actuar, esta vez en las inmediaciones del metro.

Su segunda víctima tenía 22 años, y acudía a trabajar sobre las 7:00 horas del día de nochevieja. Su 'modus operandi' fue el mismo: le clavó una punta de flecha por detrás que llegó hasta la vagina de la joven.

Precisamente eso fue lo que delató al agresor. Así lo explica Ana Isabel Gutiérrez, forense, que afirma que hay una relación obvia entre el modo de atacar del agresor y su afición a la caza mayor.

"La caza con ballesta es relativamente difícil. Cuando se caza al espero o al aguardo, te colocas en un lugar esperando a que pase la pieza adecuada para disparar y matarla o lanzarte sobre ella, es exactamente el modus operandi que desarrolla", ha explicado la psicóloga.