Desde el inicio de la pandemia, España ha importado de China más de 5.000 millones de mascarillas. Entran por barco, avión y carreteras. Pero también en nuestro país hay empresas que se dedican a su fabricación. En el pueblo vasco de Zamudio, territorio al que viaja Equipo de Investigación, se encuentra una de las dos únicas empresas españolas que fabrica mascarillas autofiltrantes FFP2. Llevan 35 años dedicándose al sector.

El programa habla con Iñaki Muñoyerro, gerente de SIBOL, fábrica donde se producen mascarillas 100% españolas. Asegura que desde enero llevan trabajando en tres turnos sin parar, 24 horas al día: "Incluso sábados y festivos". Pero ¿cómo le afecta a su empresa que la mayoría de mascarillas que se usan en España procedan de China?

"En el mercado, nuestras mascarillas pueden oscilar entre los 0,7 y un máximo de algo menos de tres euros, depende del nivel de protección. Las chinas, en precios normales, pueden estar más rondando la gama económica: entre 0,7 euro y un euro y pico", detalla Iñaki a Equipo de Investigación, que pone énfasis en las diferencias entre las mascarillas FFP2 que fabrican ellos y su equivalente china, la KN95.

"Bajo nuestro entendimiento en los test de ensayo, sí hay diferencias". Con una máquina, recrean la respiración humana para emular el uso que le damos las personas a las mascarillas. Las suyas, según los resultados, protegen en un 98%. Frente a este dato, Rocio Fernández, responsable del laboratorio advierte: "Bajo nuestra experiencia, el 50% (de las mascarillas chinas KN95) pasan este control y el 50% no".

El Gobierno ha hecho pública una orden para que dejen de venderse las mascarillas chinas KN95, a partir del 1 de enero de 2021. La decisión está basada en análisis independientes como los que ha realizado este laboratorio. En estos centros se observa la eficacia de la mascarilla, y en muchos casos pueden concluir que hay "fugas significativas".