Ofertas relámpago, tarifas planas... todo reclamo sirve para atraer una demanda que se ha multiplicado un 300% en España en solo un año: la de los trasplantes capilares.
La doctora Lidia Macías es testigo de cómo se ha disparado este negocio millonario tras la llegada de la pandemia : "Desde que volvimos del confinamiento, esto ha ido aumentando muchísimo y si antes los diagnósticos podían ser tres o cuatro al día, ahora estamos llegando a hacer entre 15 y 16 diagnósticos de gente que quiere ponerse pelo".
Así, la médica cuenta que tienen una lista de espera "de tres meses". "Estamos tirando de técnicos y enfermeras freelance porque no damos abasto", señala Macías, quien añade que cada vez hay más pacientes, entre otras cosas, porque los que antes se iban a Turquía a hacerse el trasplante capilar ahora no pueden hacerlo por el coronavirus.
"Además, los precios, en general, han bajado bastante. Es un boom que nos ha pillado un poquito por sorpresa la verdad", reconoce la doctora.
El mercado de las falsificaciones
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