Con su nueva identidad, Jorge Lozano se instaló en una buena zona del norte de Madrid. Allí, el impostor buscó víctimas en los bares del barrio, entre las que se encuentra Soledad.

"Fui una de las estafadas. Estafó a mi marido 17.000 euros que le pidió prestado para pagar unas nominas imaginarias de una empresa imaginaria porque todo en él es imaginario. No existía absolutamente nada, era de paja todo. Se hizo amigo nuestro y de mucha gente y cuando vio el momento oportuno, sabiendo que estaba enfermo, no le importo pedirle 17.000 y nunca de los devolvió", relata la mujer a Equipo de Investigación.

La mujer define a Lozano como "el estafador perfecto", alguien que no tenía "el mas mínimo pudor". "Lo hacía de maravilla, porque decía que tenía una reunión, abría el ordenador, estaba todo el rato tecleando con el ordenador, tenía un contestador en ingles en su teléfono, nos hacía creer que conocía a todo el mundo. Yo le llamaría el estafador de libro, perfecto", expresa.