Hay diversos elementos peligrosos en una zona de actividad sísmica. Tal y como explica el investigador de Ingeniería de la Universidad Politécnica de Valencia, Antonio Tomás Espín, los pilares cortos "se deberían o bien prohibir o bien, por lo menos, regularlos para que estén fuertemente armados y no colapse el edificio".

Los petos o antepechos, utilizados para cerrar azoteas, fueron la causa de la muerte de ocho de las nueve víctimas de Lorca. Las barandillas no fijadas en las estructuras o la falta de juntas sísmicas para que los edificios puedan moverse libremente podrían provocar que éstos choquen y se produzcan derrumbes. El experto da las claves en el vídeo principal de esta noticia.