José Navarro, el hombre que ha puesto en jaque a todo el sector, abrió su primer negocio de pan a 20 céntimos en junio del año pasado. Las consecuencias para el resto de panaderos del pueblo son devastadoras.

En el pueblo ya han cerrado varias panaderías. En sólo ocho meses, José Navarro abre cinco establecimientos de venta de pan barato. Su empresa crece a un ritmo exponencial. Parece haber encontrado la fórmula del éxito.

4.000 euros por la venta de 20.000 barras de pan, a los que hay que restar todos los gastos de producción. ¿Es realmente rentable vender pan a 20 céntimos?

Según FACUA, “habría que valorar si en estos casos extremos donde parece que el pan es sospechosamente barato, realmente se está perdiendo dinero, sencillamente se está ganando lo justo o se está utilizando unos productos de mala calidad”.

Buscamos en España otro lugar donde comprar pan a 20 céntimos. Lo encontramos en la frontera de Ceuta con Marruecos. Los agentes registran cada día 3.000 coches en busca de productos de contrabando. Prácticamente las 25.000 personas que pasan a diario por esta aduana llevan pan. Los responsables de aduanas sospechan que podrían estar ante una nueva forma de contrabando.

Vender pan de contrabando es la forma de vida de estas mujeres porteadoras. Se ganan la vida vendiendo pan ilegal en España. Buscamos dónde se fabrica este pan. A 7 kilómetros del puesto fronterizo se encuentra la localidad marroquí más cercana a Ceuta. En pocos metros nos encontramos con varias panaderías, donde una barra cuesta poco más de diez céntimos, la misma que en España costaría una media de 70 céntimos.

“En Marruecos el pan está subvencionado”, afirma Andrés Montiel. El pan subvencionado de Marruecos es un grave problema para los panaderos de Ceuta. Sus negocios están en riesgo, por eso fotografían a los vendedores de pan de contrabando. Pero no es el único enemigo al que se enfrentan.

Hugo Martínez afirma que "el principal y más grave con el que nos encontramos es la competencia desleal por industrias clandestinas y panificadoras clandestinas que están elaborando el pan de manera fraudulenta y vendiendo a bajo precio, haciendo con ello un gran daño al sector de la panificadora ceutí”.

La guerra ilegal de precios en Ceuta tiene en jaque al sector panadero. En tan sólo cinco años, seis panificadoras han echado el cierre.