En Valencia, muy cerca de la autovía del Mediterráneo, una empresa americana ha comprado un gran invernadero de 40.000 metros cuadrados en los que durante 20 años se han cultivado flores de pascua. Opera de forma discreta por temor a los robos. Es una zona que parece que está abandonada, pero tiene cámaras de videovigilancia.

Los propietarios aseguran que ya han sembrado aquí más de 100.000 plantas de esta variedad de cánnabis. Pretenden ser los líderes en el sector.