Rodrigo, el otro hijo de la pareja de 16 años, sobrevive porque está interno en un colegio a 80 kilómetros de Burgos. Es precisamente él junto a sus tíos quienes descubren los cuerpos. La escena es aterradora. Según los agentes, la puerta no estaba forzada y las persianas estaban bajadas. Los interruptores de la luz estaban limpios, por lo que el agresor se movió a oscuras porque conocía la casa.

El cuerpo del padre, Salvador, tenía 50 cuchilladas. El de la madre 17, y el de Álvaro 32. El asesino se ensañó con el pequeño, al que sacó de debajo de su cama, donde se encontraba escondido. Posteriormente, el agresor se dirige a la habitación del otro hermano para comprobar si se encontraba en la habitación. En el vídeo principal de esta noticia, el criminólogo Víctor Rodríguez reconstruye los hechos con Equipo de Investigación.