Bernardo Montoya se convirtió en un preso reincidente
después de que en 2008 asaltase a una vecina de El Campillo durante un permiso
penitenciario. Un vecino de la localidad explica en Equipo de Investigación que
todo sucedió cuando esa mujer sacó al perro a pasear.
"Iba a sacar al perro a hacer sus necesidades y este hombre
o individuo la cogió y la asaltó, gracias al perro pues está bien. El perro
saltó y fue cuando le dio una puñalada al perro. Fue el que evitó que eso fuera
a males mayores", explica.
El periodista Eduardo del Campo explica que esa mujer tuvo
la suerte de que él "estaba en estado de embriaguez y posiblemente también
drogado, pues se cae al suelo, no puede reaccionar, y ella escapa".
"Escapa con el perro con el cuchillo clavado en el costado
del perro. Entonces lo que podría haber derivado en un robo y en una violación,
por suerte para ella quedó ahí", señala.
Por ese suceso solo fue condenado por amenazas ya que "se
demuestra que él ha asaltado a una vecina, pero no le ha robado, ha quedado el asalto ahí": "Él puede negar que la quisiera hacer nada, con lo cual la condena queda en lo
mínimo".