Los puertos son la vía de entrada de muchas especies invasoras. Escondido en un contenedor de neumáticos procedente de Asia, llega a Barcelona una nueva variedad del animal más letal del planeta: el mosquito tigre.
Mata cada año a 750.000 personas, y se está expandiendo a bordo de nuestros vehículos. En los últimos 14 años se ha extendido por toda la autovía del Mediterráneo y ha llegado al País Vasco y Baleares.
Cada hembra puede poner 400 huevos a lo largo de su vida, y lo hace en nuestras ciudades. Frenar su avance en la Comunidad Valenciana costaría seis millones y medio de euros, pero sólo se invierten 280.000.
Equipo de Investigación ha acudido a la universidad de Zaragoza, donde estudian su resistencia a los insecticidas. Una de las principales diferencias de la especie frente a otros insectos es su color: "el mosquito tigre es negro con una raya blanca particular, su tórax". Además, también tiene las patas rayadas.
Cuando van a picar, los mosquitos tigre detectan el calor corporal y el CO2 que expiran los humanos. Sus mandíbulas son jeringuillas: atraviesan la piel y succionan la sangre, tal y como ha explicado la bióloga Sarah Delacour.
Pican durante el día y les atrae la ropa oscura. Un solo mordisco puede provocar mareos y fiebre que provoquen la necesidad de ir al hospital. José Antonio Pérez Molina, infectólogo del Hospital Ramón y Cajal, ha explicado que "al picarnos no solamente absorbe sino que inyecta saliva y el virus, por lo que, por ejemplo, el dengue lo podría estar transmitiendo".
En España el año pasado se detectaron tres casos de dengue autóctono. "Va a aumentar es el riesgo de transmisión de enfermedades vectorizadas por este mosquito", advierte el especialista, que continúa: "No solamente el dengue si no también el chikunguña, o el virus del zika, que produce malformaciones fetales muy grandes".
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