Daniel Esteve fue el creador del primer negocio de desokupación de España, sin embargo ahora rehúsa de dar datos sobre su lugar de trabajo. El motivo, asegura, es que ha estado amenazado en numerosas ocasiones: "Hemos hecho muchos enemigos, de hecho tenemos amenazas de muerte todas las semanas. Hemos tenido atentados, hemos tenido intento de agresiones, han apuñalado a un trabajador y nos pusieron una bomba en una oficina", ha explicado ante las cámaras de Equipo de Investigación, que han captado el explosivo.

El regente afirma que en las tres líneas telefónicas que tiene la empresa atienden unas 200 llamadas al día. Una demanda que les permite pagar 64 nóminas al mes, sin embargo, sus trabajadores no tienen derecho a hablar ante las cámaras. "Solo hablo yo de mi empresa", afirma.

Desde 2016, Esteve afirma que su empresa ha desalojado unas 4.000 viviendas. Cada una en tiempos diferentes, aunque alardea de conseguir hasta cinco en un mismo día, dos de ellas en menos de 15 minutos.

Sin embargo, hay un 10% de okupas que se les resisten. Quienes les contratan saben que, en caso de una desokupación fallida, no conseguirán un reembolso.

"Nosotros no garantizamos el éxito por contrato. Nunca devolvemos el dinero", reconoce. Y es que los ingresos de la empresa superan el millón de euros.