Dos semanas después de la aparición del cuerpo, el informe toxicológico desvela que a Helena la drogaron antes de morir. En su cuerpo encontraron en altas dosis Lormetazepam, Alprazolam y Midazolam, algunos de ellos usados para sedar en la UCI.

Los asesinos arrojan por la azotea el cuerpo de Helena con vida. El informe médico forense amplía la información y dice que el cuerpo debió ser subido por la escalera, relativamente estrecha, desnudado allí y después quemado. El cuerpo de Helena pesa de 45 a 50 kilos.

La autopsia apunta a que al ser un cuerpo no consciente, inanimado, eso dificulta extraordinariamente el manejo. Y concluye que la posibilidad de que todas esas acciones las realizase en solitario una persona de corpulencia similar a la de Helena Jubany es sumamente remota.

Además, Equipo de Investigación ha localizado al principal sospechoso de la muerte de la joven. Como muestra el vídeo, Santi Laiglesia se muestra esquivo con las preguntas y remite a su abogado.